8.04.2005

Había una vez en que las cosas del mundo se intercambiaron unas con otras. Había una vez en que las cosas del mundo se cambiaron los nombres.

Había una vez en que las cosas del mundo se intercambiaron unas con otras. Había una vez en que las cosas del mundo se cambiaron los nombres.
Así que los elefantes se llamaron por un periodo de tiempo rinocerontes, y los mastodontes, para no sentirse tan mal se pusieron hormigas.
Los vasos se llamaron platos y las Carolinas se llamaron sillas.

A las sillas no se les podía decir Carolinas así que les pusieron mesas.

Los cielos, para montarla les dio por ponerse pisos, y los pisos se llamaron ventanas,

Y así la confusión llegó a tal nivel que el lenguaje tan confuso quedo que se tuvieron que inventar otros lenguajes para poder comunicarse.

Y entonces: artrack me sui trat sui fui fe.

Y que tengan buen día.

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