4.14.2005

Prefiero la Segunda, Pero hago la primera.

Entre sentir la obligación de realizar alguna de las tareas mundanas del trabajo diario, y sentir el sol en mi cara al amanecer, prefiero la segunda.
Entre llamar a la EPS, y pedir con cariño, para que me atiendan bien, que por favor encuentren papeles, que se refundieron, y vibrar de alegría al ver a mi padre sonreír, prefiero la segunda.
Entre brincar de susto al frenar enérgicamente el carro, para no atropellar al niño que corre tras su balón de fútbol y brincar a alcanzar una mandarina en la última rama de un árbol a la madrugada, prefiero la segunda.

Pero aún prefiriendo la segunda, sigo haciendo la primera. Me digo a mi mismo, que lo hago por la plata. Que lo hago para poder algún día ser rico. Que lo hago para poder pagar los recibos de los servicios públicos, el arriendo, la ropa, la comida, la rumba, etc. Me digo que de esta manera podré compartir más con las personas que amo.

Estoy equivocado. Me digo mentiras a mi mismo. Pero aún así sigo sentado en la sala de ventas con la corbata puesta, cuando lo que quiero es estar empeloto dando media vueltas en la sala de ventas.
Me digo a mi mismo que no podré seguir vivo sin sacar sustento de estar empeloto dando media vueltas en la sala de ventas.
Podría cobrar la entrada a las personas que quieran verme dar medias vueltas empeloto en la sala de ventas.
Pero me digo a mi mismo que las personas no me quieren ver empeloto dando medias vueltas en la sala de ventas. Me digo a mi mismo que no lograré sustento por cobrar la entrada a verme empeloto dando medias vueltas en la sala de ventas.
Y sigo sentado en corbata en la sala de ventas.

Sigo prefiriendo la segunda y haciendo la primera.
Me dan ganas de fumar. Y creo que inconscientemente fumo para acabar el ciclo de preferir la segunda y hacer la primera.
Me digo a mi mismo que muerto podré hacer la segunda.

Me digo a mi mismo mentiras. Y sigo prefiriendo la segunda y haciendo la primera.

Espero algún día encontrar la valentía de hacer la segunda. E inclusive los mejores recuerdos de mi vida han sido aquellos pocos en los que he hecho la segunda.

Recuerdo hacer la segunda acurrucado entre los matorrales del bosque de niño escuchando los sonidos. En total calma, solo, maravillado por las formas de las hojas que me protegían al ocultarme de los otros.
Recuerdo hacer la segunda, en las mañanas que me desayuné con torta de chocolate. Recuerdo hacer la segunda caminando en el barrio con mi abrigo negro largo a las 2 a.m. escuchando nada excepto los ronquidos de los celadores y la noche.
Recuerdo hacer la segunda en pijama encaramado a un árbol de madroños en La Vega, cuando el resto estaban dormidos en sus cuartos en sus camas.
Recuerdo hacer la segunda diciendo mi verdad acerca del sexo a cierta niña de tercero de bachillerato mientras que yo estaba en sexto de bachillerato y no quería que ella tuviera que tropezar con intentos fallidos al placer.
Recuerdo hacer la segunda y no la primera cuando digo toda la verdad y nada más que la verdad. Claro está que la mayoría de las veces no sé cuál es la verdad. Pero eso sí puedo decir con certeza. Siempre que tengo en mi cabeza algún dato que creo ser verdad. Lo suelto y comunico al primero que me encuentre y me permita lo más rápido posible.
Recuerdo hacer la segunda y no la primera dando botes desde el trampolín alto a la piscina.
Recuerdo hacer la segunda y no la primera vistiendo muy elegante para mi grado universitario, pero llevando puesta un corbata con dibujos de “snoopy”.
Recuerdo hacer la segunda y no la primera bailando con mi hermana al son de los cantos de Frank Sinatra en la calle.

Pero nunca recuerdo haber hecho plata de la segunda. No recuerdo ninguna ocasión en que la segunda haya sido apropiada en una oficina.
No recuerdo ninguna ocasión en la que la segunda sea aprobada por los participantes en un funeral. No recuerdo ninguna ocasión en que la segunda haga que las ventas sean más efectivas.

Recuerdo sonreír como payaso cuando en las películas hacen la segunda y no la primera. Es por eso, yo creo que son tan adicto a las películas.

Imagino que mis intentos de escritura, son intentos de hacer la segunda y poder sacarle plata. Espero que algún día alguien me intercambie dinero por mis historias que muestran ejemplos de la segunda y los personajes hacen la segunda y no la primera.

Espero algún día producir sustento con la segunda y no con la primera.

1 comment:

sicoactiva said...

Cuando querás te "hago la segunda".